martes, 8 de diciembre de 2015

El emperador Miguel VI prosternado ante el Pantocrátor.

Nos encontramos ante la imagen de El emperador Miguel VI prosternado ante el Pantocrátor. Se trata de mosaico retrato del emperador Miguel VI.


Esta imagen es un retrato del emperador Miguel VI prosternado ante el Cristo Pantocrátor. Se trata de un mosaico o tesela. Los mosaicos pertenecen a la decoración musivaria, y esta, pertenece a la pintura de decoración pictórica. Como todos los mosaicos se trata de una representación policromada.

Este mosaico o tesela se encuentra en la puerta de acceso de la iglesia de Santa Sofía, en Estambul, Turquía. Esta hecho entre los años 1056 - 1057.

Los mosaicos se convirtieron en iconografía oficial bizantina. Los mosaicos no se hacían fácilmente; había que seguir una serie de pasos que eran:

-Diseñar el cuadro o emblema.
-División de acuerdo con el colorido.
-Plantilla en papiro o en tela.
-Transportar al lugar.
Y, -Preparar bien el suelo.

Una vez hecho todo esto se comenzaba a plasmar el mosaico final que hoy aún podemos ver en los lugares en que se ha conservado bien.

Esta imagen del Emperador Miguel VI es muy importante porque pertenece a la Segunda Edad de Oro de la decoración musivaria bizantina.


Cristo como Maestro. La Orante y La Virgen con el Niño.

Nos encontramos ante una imagen pictórica perteneciente al arte paleocristiano y bizantino. En concreto nos encontramos con la pintura más importante de las Catacumbas de Priscila, la de Cristo como Maestro. La Orante y La Virgen con el Niño.


Observamos la imagen en el centro de Cristo, con los brazos abiertos y mirando hacia el cielo en representación de divinidad; a uno de sus lados encontramos a la orante, y al otro a la Virgen con el Niño en brazos.

Esta imagen perteneciente a las representaciones de las catacumbas, representa, según el evangelio de San Mateo a Cristo reconociéndose a sí mismo; representa también la divina sabiduría.

Como podemos observar se trata de una pintura pictórica, policromada, religiosa y de arte paleocristiano y bizantino.

La obra se encuentra en las Catacumbas de Priscila, en Roma, perteneciente al siglo III d.C. Aunque la imagen está un poco deteriorada actualmente, podemos observar todos los rasgos de los personajes representados y la policromia existente. Podemos también compararlo con las representaciones que tenemos actualmente de Cristo y comprobar que faltan muchos de los rasgos que conocemos actualmente, como la barba, o el pelo largo. También vemos que aparecen cosas que nosotros no tenemos en la representación actual, como la túnica o el pañuelo de la cabeza.