sábado, 5 de marzo de 2016

Villa Capra "La Rontonda"

Nos encontramos ante una obra arquitectónica de grandes dimenciones, cuya entrada es escalonada y dicha escalera, está flanqueada por dos poyetes presididos por dos grandes esculturas. La entrada esta realizada en forma de antigüo panteón romano, por lo que se trata de una entrada hexástila, con un enorme frontón sustentado por dichas columnas y con la decoración de un escudo en su centro y dos óculos a sus lados. Encima de cada uno de los vértices del frontón se encuentra una escultura decorativa de gran tamaño. Entre el frontón y las columnas se encuentra un dintel, donde en su medio, se encuentra una escritura en latín. El material seguramente sea el ladrillo y el mármol.

Aplicando la teoría, sabemos que nos encontramos ante Villa Capra (conocida también como Villa la Rotonda) es un palacio campestre de planta central diseñado por Andrea Palladio y construido a partir del año 1566 en las afueras de la ciudad de Vicenza en Italia.
El nombre Capra deriva del apellido de dos hermanos que completaron el edificio luego de que les fuera cedido en 1591. Villa más famosa de Palladio y probablemente de todas las villas venecianas, la Rotonda es uno de los más celebrados edificios de la historia de la arquitectura en la época moderna.



Historia: Fue edificada entre el año 1567 - 1570, en un paisaje ideal, construida como mansión de un funcionario del Vaticano, llamado Paolo Almerico, que después de ejercer una serie de cargos al servicio de Pío IV y Pío V, regresó a Vicenza, cargado de dinero.
Su nombre, Rotonda (redonda), deriva de su planta, un círculo perfecto dentro de un cuadrado, formando una composición totalmente simétrica, con un pórtico tradicional de templo delante de cada fachada.
Tras la muerte del arquitecto en 1580, los nuevos propietarios, la familia Capra encargó a Vicenzo Samozzi la construcción de nuevas dependencias.
En el siglo XX fue adquirida y restaurada por la familia Valmarana de Venecia.
La influencia del arquitecto fue particularmente importante en Inglaterra y, a través de ella, en los Estados Unidos, lugar en el que el Neopalladianismo perdurará hasta casi los años finales del siglo XIX, especialmente en las casas señoriales del sur. Por su simplicidad y reposo es también fuente de inspiración de muchos arquitectos neoclásicos que lo van a considerar como un referente fundamental en las creaciones arquitectónicas civiles.

Situación: Situada en una colina sensiblemente elevada al plano y a las afueras de un núcleo urbano como Vicenza responde probablemente a la distinción social de su propietario, con el fin de poder evitar los ajetreos y el movimiento típico de una ciudad, además de una distinción religiosa y de mayor proximidad a Dios.
Palladio, en su libro, “Architettura”, le dedicó un capítulo al estudio de las villas o casas rurales, y concede un importante lugar a su ubicación, con lo que por primera vez, en Occidente, la arquitectura se integra en el paisaje como ya sucedía en el Asia Oriental.

Concepto: La obra se inspira en lo que se refiere a funcionalidad y construcción al modelo del Phanteon romano, con elementos pictóricos medievales influidos por el poder de la iglesia, donde Dios es el centro de toda cosa existente en el mundo y en la vida.
Consigue la armonía entre arquitectura y paisaje, entre la civilización y la naturaleza, la máxima inspiración del Cinquecento veneciano.
 
Análisis estilístico: La obra se sitúa en la época del cinquecento italiano, cuando el poder eclesiástico decide tomar el control de las artes, con el cambio de capitalidad de esta disciplina de Florencia a Roma, lugar de concentración de la máxima autoridad religiosa terrenal, como hecho más significativo.
En el caso de la Villa Capra, precisamente encargada por un clérigo, se representan varias alegorías en relación a la vida religiosa.
La casa en si es una residencia suburbana que servía como punto de encuentro para la aristocracia de la zona de Vicenza y para la celebración de actividades ocio – literarias correspondientes a dicha clase.
Normalmente este tipo de construcciones solían tener una función no tan solo residencial sino agrícola. A pesar de ello, Villa Rotonda carecía de esta última función, aunque con la adquisición de ésta por la familia Capra se encargó a Vicenzo Scamozzi el plan de inclusión inmediata de nuevas dependencias para facilitar esa necesidad.

  • Cúpula

                 Cúpula central
En la cúpula, primeramente, vemos representada la Religión, la Benignidad, la Moderación y la Castidad, todo esto representado al lado del Pantocrátor, el cual ocupa en centro de la representación.
Es una versión de la que podemos ver en el Panteón de Roma. Es una de las primeras veces que se puede ver una planta centralizada con cúpula en una construcción civil. Hasta ese momento se habían usado sólo para construcciones religiosas, por eso Paladio hizo un modelo tan impactante y que fue copiado posteriormente. Incluso él la incluyó en su tratado de arquitectura, Los Cuatro Libros de la Arquitectura.
  • Clásico
Una gran escalinata central a modo de templo romano sirve como acceso. Los templos clásicos las usaban para salvaguardar el templo de las aguas y para los obstáculos geográficos.
Lo más representativo son las galerías con una pronaos con columnas jónicas, entablamento y fino decorado en su cúspide con esculturas clásicas, todo reinventado del arte clásico. Este esquema se repite en las cuatro fachadas que están precedidas por una gran escalinata.
Todos los laterales tienen el mismo esquema por lo cual podemos hablar de una simetría doble.
Además la edificación fue rotada 45º con respecto a los puntos cardinales para que cada estancia tuviera iluminación apropiada.

  • Habitaciones
La que podríamos considerar como la habitación del ala oeste, es llamada "Habitación de la Religión", precisamente por el tipo de representación de los frescos pintados en el techo, mientras que en la habitación del ala este se representa la alegoría de Paolo Almerico sobre el arrepentimiento, coronada por la máxima celebridad y rodeada de la Fidelidad, Afabilidad, Persuasión y hasta de Europa, símbolo de la razón respecto a Dios y hacia éste.


Descripción: Sin duda, la Villa Rotonda o Villa Capra se puede considerar como la obra más destacada de la trayectoria artística del arquitecto Andrea Palladio.
Esta representa el modelo de construcción típica de la aristocracia del cinquecento renacentista:
  • planta de cruz griega
  • cuatro fachadas idénticas
  • no distinción de puntos cardinales
Precisamente la utilidad residencial y agrícola de la mansión ha hecho que todavía mantenga un buen estado de conservación, aunque restaurada por su actual propietario, la familia Valmarana.
El estilo arquitectónico de construcción de la Villa Rotonda influyó en general en la arquitectura neoclásica de los siglos XVIII – XIX, sobretodo y posteriormente en Estados Unidos, donde muchas casas de gente o clase social adinerada se construyeron de esa forma o semejantemente, como es el caso de la propia Casa Blanca.
Intentando conseguir la misma insolación en toda la casa, rotó la planta cuarenta y cinco grados con respecto a los cuatro puntos cardinales.

En la Rotonda, Palladio armoniza la naturaleza y el cálculo de proporciones de la villa, con lo que consigue una auténtica obra maestra que, con sus cuatro elegantes peristilos jónicos de acceso nos traslada al clasicismo más puro.
La altura y la longitud del edificio están perfectamente delimitadas por un sistema de proporción que deriva de Alberti y, en última instancia de Vitrubio.
Esta combinación de cuadrado (la planta) y círculo (cúpula) es característica del Renacimiento, aunque como resultado final se obtiene, gracias a los pórticos, la forma de cruz griega. El conjunto del edificio refleja simetría, perfección, armonía, en definitiva, los parámetros del Renacimiento.

Espacios: La casa se erige en la cima de una colina sobre un basamento, quedando los sótanos para las cocinas y la administración. Se trata de un nuevo tipo de edificio pensado con criterios de simplicidad y simetría absolutos.
En esta villa, Palladio puso en práctica la concepción de la villa clásica como construcción de planta centralizada. El cuerpo del edificio es un cubo dentro del que se inscribe una sala circular, rotonda, alrededor de la cual se agrupan las diferentes estancias cuadrangulares. En cada una de las caras del cubo sobresale un pórtico porticado, de orden jónico y con un amplio frontón, que da a la planta figura de cruz griega.
  • Terraza y dormitorios
Sobre la terraza a la que se sube por cuatro monumentales escaleras orientadas a cada uno de los puntos cardinales, se levanta la casa de planta cuadrada, que tiene los dormitorios en los ángulos y en el centro una gran sala circular cubierta con una gran cúpula.
  • Entradas
Cada una de las cuatro entradas conduce, a través de un pasillo corto, al cuarto principal del piano noble, un salón central circular, cuyo diámetro equivale a la anchura del pórtico, cubierto por una cúpula realizada a base anillos superpuestos.
  • Escalinatas
Las cuatro escalinatas cuentan con sus correspondientes columnatas jónicas, que sostienen sendos frontones triangulares, con decoración y esculturas de Lorenzo Rubini, claramente inspiradas en las fachadas de los templos clásicos, que en este caso serían hexástilas. Esto es un aspecto novedoso, ya que se le da a una vivienda el tratamiento de un edificio religioso, siendo la primera vez que se usa una cúpula para un edificio que no sea religioso.
Las amplias escalinatas, delimitadas por muros laterales, conducen a los pórticos que sobresalen del cubo. Un estrecho pasillo abovedado conduce, desde cada una de las cámaras, al espacio central de planta circular, cuyo diámetro equivale a la anchura del pórtico.
  • Pórticos
 



 Los pórticos, de orden jónico con sus correspondientes volutas laterales, pasan de la vertical de las columnas a la horizontal de la cornisa y la base del frontón. En el frontón, enmarcado por una sólida cornisa, se encuentran dos ventanas ovales, que flanquean el escudo.
  • Sala central
El centro de la sala lo marca la figura de una cabeza de león incrustada en el suelo, en medio de una circunferencia con radios rojos y blancos. Esta sala central se encuentra cubierta con una magnífica cúpula semiesférica.
Tanto la disposición de la planta como la vista exterior son totalmente simétricas y muestran una concordancia perfecta, las cuatro fachadas son iguales, tienen exactamente las mismas proporciones y recuerdan a los templos de la Antigüedad clásica con una escalinata y un peristilo jónico.

Materiales: Ladrillo estucado y piedra fueron utilizados para la mayor parte de la construcción.
Las villas de Palladio se construyeron con obra de ladrillo revestida de estuco, la mayor parte de los elementos, incluidas columnas, eran de ese material. La piedra se reservaba para los detalles más refinados, como basas y capiteles de las columnas y marcos o guarniciones de huecos.
Usó suelos de estuco en Villa Rotonda. Las superficies estucadas gustaron a aquellos venecianos tan amantes del color, que lo cambiaban a voluntad. En las villas palladianas y casas venecianas se ve gran cantidad de superposiciones de estucados.
En el podio de los muros de las escaleras aparecen esculturas de Lorenzo Rubini que representan varias deidades clásicas.
Como datos complementarios, los estucos de la cúpula y los techos son obra de Augusto Rubino, Ruggiero Bascape y Domenico Fontana, y los frescos de la cúpula son hechos por Alessandro Maganza. 









Descubrimiento y milagro de la Vera Cruz

Nos encontramos ante una obra pictórica con un claro síntoma de deterioro. Podemos observar como el cuadro narra la historia del hallazgo de las tres cruces.A la izquierda, se muestra el descubrimiento de dichas cruces, mientras que a su derecha, podemos observar el milagro de la resurrección provocado por una de las tres cruces. También se observa la utilización de la arquitectura (ciudad a la izquierda y templo a la derecha) o el paisaje para crear una perpestiva. Por último, reseñar la utilización de una mexcla de colores claros y puros(verde, azul, rojo...) y colores apagados(negro, gris..).

Aplicando la teoría, sabemos que nos encontramos ante La leyenda de la Vera Cruz, es un ciclo de frescos considerados la obra maestra del pintor Italiano Piero della Francesca. Fue pintado en el periodo 1452-1466 en la Capilla Bacci o coro de la Basílica de San Francisco de Arezzo, villa situada en la Toscana (Italia).
Este ciclo de frescos está considerado una de las obras maestras de toda la pintura renacentista, tanto por la claridad de su composición como por su admirable luminosidad colorista. Han recuperado su originario valor artístico con una adecuada labor de restauración en los años 1990, que finalizaron en 2000; esta restauración fue organizada por la superintendencia de Arezzo y financiadas por la Banca Etruria e del Lazio.

Arezzo/Jerusalén
 Historia y descripción: Tras haber descubierto el judío Judas el emplazamiento de la Sagrada Cruz, santa Elena procedió al derribo del templo dedicado a Venus que ocultaba las reliquias, encontrando tres cruces. Estaba en el lugar indicado pero desconocía cuál había correspondido a Cristo. Se produjo entonces un milagro ya que un joven fue resucitado por el Santo Madero. Santa Elena envió una parte de la Cruz a su hijo Constantino y dejó el resto de la reliquia en Jerusalén. En esta escena que observamos, Piero della Francesca narra de manera sucesiva el hallazgo de las tres cruces en la zona de la izquierda y el milagro de la resurrección en la derecha, recurriendo a una secuencia típicamente medieval pero que también encontramos en los frescos de la Capilla Sixtina pintados años más tarde por Botticelli o Cosimo Rosselli. Las escenas se desarrollan ante una representación ideal de Jerusalén que más bien corresponde a una imagen de Borgo de Sansepolcro o la propia Florencia, abundando los edificios dotados de cierto clasicismo. El terreno en el que se sitúan las figuras permite cierta desconexión entre éstas y el fondo, creando la sensación de encontrarse ante un mero telón teatral aun cuando el paisaje es de gran belleza y excelente ejecución. Las figuras continúan ausentes, sin expresión, a pesar de gozar de una sabia anatomía y un efecto escultórico creado gracias al empleo de una luz uniforme que ensalza a los diversos personajes. Algunas de las figuras se encuentran de espaldas en un claro ejemplo del virtuosismo del maestro, que recuerda por momentos a Masaccio, cuyos frescos de la Capilla Brancacci cautivaron a Piero durante su estancia en Florencia en el año 1439.

Milagro de la cruz
 Piero della Francesca:Esta obra demuestra el avanzado conocimiento que Piero tenía de la perspectiva y el color, su orden geométrico y habilidad en la construcción pictórica. En esta obra sobresale la composición clara, el tratamiento rico y novedoso de la luz (tomado de Domenico Veneziano), con un cromatismo admirable, delicado y claro. En la composición emplea magistralmente la perspectiva geométrica, equilibrando muy bien la distribución de las masas sobre el plano pictórico. Estas características son las que hacen de él un precursor del Alto Renacimiento. El diseño es riguroso, de impronta florentina, pero su rigidez va atenuándose poco a poco en el curso de la empresa.Piero renuncia a repartir las escenas en orden cronológico y prefiere un enfoque simétrico y analógico. No se trata pues, de un cómic o historieta. El que la narración no siga un orden cronológico, sino temático, sirve para aprovechar el espacio de la capilla. En cada uno de los muros laterales pinta escenas al aire libre; en el centro, enmarca los episodios en elementos arquitectónicos; por último, la parte inferior está dominada por escenas de batallas. En esta historia, Piero della Francesca mezcla episodios del Antiguo y el Nuevo Testamento para contar el drama.