domingo, 13 de marzo de 2016

Dánae




Nos encontramos ante una obra pictórica del Renacimiento, para ser más exactos. Estamos frente a Dánae, llevada a cabo por Tiziano. Su fecha de datación consta entre 1551 y 1553. Sus medidas son 128 cm x 178 cm ,y, actualmente, se encuentra en el Museo del Prado (Madrid).

La obra recrea una fábula de la mitología pagana, una “poesía mitológica” (como le gustaba llamarla al pintor), que representa a Danae recibiendo a Júpiter en forma de “lluvia de oro”. Es considerado como uno de los más bellos desnudos del pintor veneciano. Este tipo de tema se desarrolló mucho en Venecia, se trata del tema de Venus u otras figuras femeninas recostadas en un diván, en las que se suele buscar la sensualidad y una serena opulencia, marcada por una clásica desnudez que, contrasta plásticamente con los colores cálidos de telas, cortinas, etc.

La composición de la pintura la realiza como si fuese un friso, en un plan horizontal. Danae desnuda aparece recortada en el lecho deshecho esperando a que Zeus se le aproxime en forma de “lluvia de oro”. Separada por una colcha roja que se recoge a los pies de la dama, aparece la figura de una criada negra que, sentada en el mismo lecho trata de recoger en su mandil la lluvia de oro que llega desde el cielo. Esta figura, colocada en paralelo con la de Danae, no hace otra cosa que marcar el contraste entre la sensualidad de la dama con sus formas rudas, ásperas y con un fuerte claroscuro y realzar con su fealdad la belleza de Danae.

La blancura de las sábanas y los almohadones se funde con el rosa de su carne desnuda, ya que tan sólo lleva sobre su cuerpo que dibuja una suave diagonal, un sencillo brazalete. Sobre las sábanas, junto a la mano de la mujer (que lleva un pañuelo en ella), aparece dormido un pequeño perro, que dota de placidez y sosiego a la escena.

Tiziano se expresa principalmente por el color, creando una mágica fusión de figuras y ambiente, en una gama cromática entretejida de luz. El cortinaje cálido de la izquierda nos aproxima la figura femenina, que queda así muy en primer plano, lo cual es ya típicamente manierista, mientras que los colores del lado derecho más fríos, nos la alejan. Las figuras parecen no tener peso y casi flotan en la sombra dorada, donde se armonizan los ricos marrones, rojos y grises en un centellear de los cielos. A todo este ambiente contribuye en buena medida la pincelada suelta, vaporosa, que potencia los valores expresivos y hace que la luz esté mucho más disuelta por todo el cuadro.


Ésta es una de las diferencias con la Danae de la pinacoteca de Capodimonte (anterior). La sensual belleza de Danae, todo candor y abandono y, la insólita lluvia de oro, con su atmósfera irreal, hacen que el pintor se adelante tanto por el tratamiento del tema, como por la técnica empleada, a su época. Su influencia será enorme tanto en el Barroco, como en el siglo XIX (por ejemplo en Manet).

El triunfo de Galatea 1511. Rafael Sanzio


Nos encontramos ante una obra pictórica del Renacimiento, para ser más exactos, estamos frente a El triunfo de Galatea pintada, por un grandísimo autor de la historia del arte, con la técnica del fresco Rafael Sanzio. Data en el año 1511, se sitúa en la Villa Farnesina, Roma. Sus medidas son 295 centímetros de alto por 225 centímetros de ancho.

Rafael es una de las figuras más importantes del estilo renacentista, más conocido con el sobrenombre de Rafael de Urbino vivió entre 1483 y 1520 y se formó junto con algunos de los más importantes pintores de su época. Como buen humanista dedicó parte de su vida al estudio de diversas disciplinas destacando sobremanera en el campo de la arquitectura y de la pintura.

Sus obras se caracterizan por la elegancia y calidez; ya en vida el artista cosechó innumerables éxitos trabajando para los más importantes comitentes de la época, buena prueba de ello es la decoración de las Estancias Vaticanas que el artista realizó con tan sólo veinticinco años de edad.

Agostino Chigi encargó a Rafael la decoración de una parte de su villa de recreo en torno a 1511. En esta ocasión el artista escoge para decorar las paredes de la residencia del banquero sienes un tema mitológico. La villa conocida popularmente como Villa Farnesina porque años más tarde sería adquirida por el cardenal Alejandro Franesio, conserva en su interior algunos de los mejores frescos renacentistas realizados por los más grandes artistas.

De hecho se cree que la Galatea de Rafael estaría vinculada a un fresco cercano, el que representa a Polifemo realizado por Sebastiano Piombo. Así Rafael representa a la nereida escapando del cíclope Polifemo quien enamorado de la joven ninfa aplastó con una roca al amante de ésta, un hijo del dios Pan. 

Galatea aparece sobre un tumultuoso mar donde ninfas y tritones caen presa de la pasión debido a las flechas que le lanzan los amorcillos de la parte superior. La ninfa se encuentra sobre una concha tirada por delfines intentando escapar de las garras del amor pasional mientras se gira describiendo una perfecta línea serpentinata, para mirar al único amorcillo que, situado en la parte superior izquierda, se esconde tras una nube. Este pequeño cupido sería la representación del amor platónico, puro y espiritual que se contrapone al amor carnal representado por el resto de los personajes.

En primer término destacan la figura de una ninfa que trata de liberarse de un centauro y un pequeño amorcillo que toca delicadamente a uno de los delfines que empujan el improvisado carro de Galatea. Mientras, en el fondo aparecen diversas figuras de centauros, unos tocando instrumentos de viento y otros en una loca carrera intentando raptar a las bellas ninfas marinas.

Rafael representa en esta obra un verdadero estudio anatómico en los cuerpos que plasman un movimiento en acto sin igual; en cada uno de los personajes aparecen las posturas más variadas sin perder la gracilidad y elegancia de la composición. Son cuerpos que se torsionan y giran sin renunciar por ello a la naturalidad.

Destaca el magistral uso del color aplicado por el artista de Urbino, la capa roja que cubre el cuerpo de Galatea es el punto focal de la composición y se contrapone con los tonos azulados del mar.

Para saber más acerca de Rafael Sanzio, nuestro autor.

Por último, aquí os dejo un documental sobre las obras de Rafael.